El análisis de la situación de la bolsa empieza en los EEUU, últimamente criticados por los desequilibrios económicos del mandato Trump y los altos precios de su bolsa. No parecen muy preocupantes.
Una crítica habitual es el déficit público, de aproximadamente el 6% del PIB. Alto, sin duda. Pero los EEUU han tenido estos déficits (o más) desde el 2009 al 2012, por salida de la crisis de las subprime; y del 2020 hasta ahora, por salida de la crisis covid (en 2022 el déficit fue algo inferior: 5,5%). Durante esos años la bolsa de EEUU ha ido bien en promedio, por lo que el déficit actual no parece muy preocupante.
Otra crítica es la carestía de los valores de IA (inteligencia artificial). Pero los valores “puros” de IA solo representan aproximadamente un 7% del mercado americano. Si incluimos otros valores vinculados a la IA (Microsoft, Nvidia, Alphabet, Amazon, Meta…) entonces ya llegamos al 20% aprox. Pero tampoco es mucho, tratándose de valores con beneficios de varias fuentes.
También se critica la potencial debilidad del US$. Cierto es que los EEUU tienen un déficit por cuenta corriente del 4,5% del PIB, pero esta cifra está próxima a su media de los últimos 25 años, a lo largo de los cuales la bolsa de EEUU ha ido muy bien, y el US$ no ha caído: está a 0,85 versus el 0,86 del momento en que se creó el euro en 1999.
Por tanto, estas críticas son poco relevantes. Lo que cuenta son dos variables: el crecimiento de beneficios que habrá y el PER promedio al que cotizan las acciones. En este sentido, hay una de cal y otra de arena.
En lo que se refiere al crecimiento de beneficios, en EEUU se espera el 15-13% para los próximos años, y alrededor del 13% para Europa. Por aquí vamos bien…
Por otra parte, el PER medio de EEUU (índice SP500) ronda las 24 veces, versus 20 de media desde el 2011. Europa pinta mejor: para el índice STOXX 600 el PER es 16, en línea con su media histórica. Esto indica un potencial de recorte de precio en el SP500 (que no en el índice europeo) que pudiera ser de casi el 20% si el PER ha de revertir a su media “de golpe y porrazo”. Pero si lo hace a lo largo de un año y medio, el recorte de precio no sería necesario (si los beneficios crecen al ritmo que se espera), ya que el PER bajaría por subida de beneficio, sin recorte de precio.
En conclusión: mientras los beneficios esperados no se deterioren (y no parece que vayan camino de hacerlo), la bolsa, en particular la europea, no tiene malas perspectivas.



