Esta aseguradora trabaja en dos sectores principales, ambos bien posicionados:
- Seguro convencional, muy centrado en no vida (autos, etc.) y con buena rentabilidad comparada con el sector. Es algo más del 50% de las ventas.
- Seguro de crédito, que cubre los posibles impagos de que sean víctimas sus clientes: un buen negocio porque en Europa se reparte la mayoría del pastel entre solo tres operadores (Catalana, Coface y Allianz a través de su filial Euler Hermés). Es algo más del 40% de las ventas.
Existe una tercera parte, el negocio funerario, pero es incipiente y pesa poco en el total (4%).
La empresa está muy capitalizada, con una ratio Solvencia II del 232% a cierre del 2023. Esta ratio es igual al cociente entre los recursos propios disponibles y los exigibles por los riesgos asumidos. En otras aseguradoras acostumbra a ser inferior: del orden del 200%, o incluso menos, quedando así Catalana con un exceso de recursos que le permitirá comprar negocios sinérgicos sin acudir al mercado para financiarse.
El razonamiento de solidez se ve reforzado por el hecho de que no tiene deuda financiera en la empresa matriz, a diferencia de muchas aseguradoras, tratándose por tanto de una empresa muy saneada.
Como contrapunto a estas fuertes bondades, una pega es su limitada liquidez, que no es problema para los pequeños inversores, pero si para los grandes (y medianos). Asimismo, mientras mantengan la modestia de su dividendo frente al beneficio generado, la rentabilidad futura dependerá de que la empresa encuentre buenas oportunidades de inversión (cosa que ha conseguido hasta ahora).
Con un #PER sobre beneficio consenso algo inferior a 8 veces, se trata de un valor interesante que vale la pena seguir.