BBVA es el segundo mayor banco español (solamente detrás del Banco Santander), con unos activos totales cercanos a los 800.000 M€, unos 460.000 M€ en depósitos en balance y unos 430.000 M€ en créditos. Es también un banco sistémico, lo cual significa que su quiebra o desaparición comprometería enormemente todo el sistema bancario. Como tantos otros sectores clave en la economía española, europea y mundial, la banca se está concentrando ante el fenómeno de la globalización.
En este sentido, BBVA ha planteado una OPA total sobre Banc Sabadell, buscando mayor tamaño y complementariedad de negocios.
Creemos que esta operación no llegará a buen puerto debido a la frontal oposición del Consejo de Administración del banco catalán y a las trabas puestas por el Gobierno Central, que reducen significativamente las sinergias esperadas por el banco vasco.
BBVA, no obstante, tiene interés en sí mismo al ser uno de los principales bancos europeos. Por valoración está barato, con un PER esperado sobre beneficios de 2026 de 7,5 veces. En el primer trimestre de 2025 el beneficio global ha crecido casi un 23% y todas las magnitudes de la cuenta de resultados se han comportado bien salvo los ingresos por intereses, que han caído un 1,7%.
Pero el beneficio de BBVA es de una calidad relativa. Su fuerte presencia en Turquía, Brasil y otras economías emergentes le penaliza doblemente, por la debilidad de la divisa y por el riesgo país. En entidades con presencia foránea este efecto se ve en el llamado “comprehensive income”, que es el beneficio que incorpora provisiones por depreciación que no se ven en la cuenta de resultados ordinaria. Ahí se ve que el beneficio “comprehensive”, es solamente un 72% del beneficio declarado si tomamos el periodo 2011 – 2024, ambos inclusive.
El ratio CET1, que es una medición estándar de la calidad del balance, es del 13,1%, bastante superior al nivel requerido. Eso da al banco músculo financiero para recomprar acciones.
En definitiva, BBVA es un banco interesante: está barato y es sistémico. Además, podría retribuir a sus accionistas amortizando acciones. Pero hay que vigilar la calidad del beneficio, que es estructuralmente débil debido a los efectos comentados más arriba, siendo este el principal inconveniente del banco.



