El BBVA es un banco poco español, ya que solo el 25% de sus ingresos proceden de España. El resto vienen de Méjico (casi la mitad), otros países latinoamericanos, Turquía y algún pequeño residuo de Gran Bretaña. Se trata pues de una entidad con mucho peso en países de divisa débil. En estos casos, los resultados de la cuenta de pérdidas y ganancias pueden dar una idea incompleta.
En el llamado “Estado de ingresos y gastos reconocidos”, que refleja todos los resultados, incluyendo pérdidas (o ganancias) por la debilidad (fuerza) de las divisas que no sean euro, BBVA muestra que su beneficio “completo” es aproximadamente un 25-30% inferior al de la cuenta de pérdidas y ganancias convencional (28% para la suma de los últimos 12 años, 26% para la de los últimos 4 años). Una pega compartida con algunos otros valores del Ibex presentes en Latinoamérica.
Otro aspecto a tener en cuenta en este valor es que su beta no es baja, por lo que a priori parece que pudiera amplificar las alzas y bajas de la bolsa, y con ello su riesgo.
Finalmente, al igual que Santander, su beneficio por acción ha crecido poco en las últimas dos décadas, por lo que el precio de la misma apenas se ha incrementado en los últimos 20 años. Afortunadamente, se ha recibido la rentabilidad por dividendo, actualmente de aproximadamente el 6%.
Los aspectos anteriores pudieran ser la justificación, al menos parcial, del bajo per actual del valor, de unas 7 veces.