Comentaremos hoy sobre el Banco Santander a raíz de los buenos resultados publicados y de la buena reacción de +2% en el momento de escribir este artículo.
A priori, diríamos que sorprende que el primer banco español en tamaño cotice a un per de 5.4 veces beneficios del 2024 (previstos por el consenso de analistas). Diríamos claramente que es barato. Pero debemos profundizar en la contabilidad para ver que este per quizás no refleja completamente la realidad del banco y que los analistas incorporan una serie de costes que no se ven a simple vista y que muestran un per bastante superior.
Existen dos cuentas de pérdidas y ganancias: la normal y corriente, llamada “cuenta de pérdidas y ganancias consolidada” puesto que consolida las empresas participadas; y la que incluye otros costes, gastos y partidas contables, llamada “estados de Ingresos y gastos reconocidos consolidados”, y que podríamos considerar “más completa”, por incluirlo todo.
En esta última se reconocen costes como por ejemplo el daño (o beneficio) causado por la desvalorización (o revalorización) de una filial por estar en un país con una divisa que ha caído (o subido), así como otras partidas contables.
Las multinacionales españolas, a menudo invertidas en países latinoamericanos con divisas débiles, acostumbran a ver dañada su cuenta de explotación (la del segundo tipo, la “completa”) por diferencias de cambio en contra, así como a veces por algunas otras partidas.
Banco de Santander no es excepción a esta regla, y en los diez años del periodo 2013-2022 la suma de los beneficios que ha declarado en el primer tipo de cuenta (la “incompleta”) es de unos 52 miles de millones. Pero los que ha declarado en la segunda cuenta (la “completa”) es de aproximadamente la mitad: unos 26 miles de millones.
Quizás esto explique, en parte, por qué el per (calculado sobre beneficio esperado por el consenso de analistas) de Santander no llega a las 6 veces.