Hoy hablaremos de Air Liquide, empresa química gala líder mundial en la producción de gases como el oxígeno, el hidrógeno, el nitrógeno y diversos gases sintéticos. Produce para prácticamente todos los sectores y todas las geografías. Cerca del 80% se dirige a la industria en general, un 14% a los hospitales y otros segmentos de la salud, un 9% a la electrónica y el resto a proyectos de alta tecnología. Por zonas, un 12% son ventas domésticas, un 30% va al resto de Europa, otro 30% a Estados Unidos, y también cubre el resto de América, Asia y África.
Air Products y Linde son los dos grandes competidores de Air Liquide, siendo Linde la mayor de las tres y Air Products la menor. Junto con dos competidores menores, Messer Group y Taiyo Nippon, que no cotizan, estas cinco empresas tienen un 68% del mercado mundial de gases industriales. La intensidad de este oligopolio es mayor que lo que dicha cifra indica, puesto que el gas no viaja bien y tiene un carácter local, de forma que según la zona geográfica hay solo dos o tres competidores.
A la fuerza oligopolista mencionada se une que, entre que el gas viaja mal y que las fábricas quieren asegurarse del suministro, a menudo se montan fábricas de gas al lado del cliente, con un contrato a largo plazo, lo cual crea una relación cautiva y estable.
Los aspectos anteriores (oligopolio, carácter local, contratos a largo plazo montando fábricas unto a las de los clientes) hacen que todo el sector se caracterice por márgenes y beneficios estables y crecientes, así como rentabilidades nada desdeñables.
Las aplicaciones de los gases naturales son muy variadas: metalurgia y soldadura, aplicaciones médicas, refino, química, semiconductores, alimentación o tratamiento de aguas. A los usos tradicionales hay que añadir lo que se ha venido a llamar la economía del H2, tanto en movilidad (automoción, vehículo eléctrico) como en generación de energía y almacenamiento de la misma, todo ello bendecido por la idea de energías limpias: el H2 puede reducir la “huella del carbono”, una tendencia que ya está en plena expansión.
Los principales atractivos de Air Liquide son la gran regularidad de sus márgenes, una rentabilidad buena (si bien algo ligada al ciclo industrial), un crecimiento modesto pero sostenido y unas perspectivas halagüeñas de cara al futuro. La pega está en unos múltiplos elevados, con un PER esperado de unas 28 veces los beneficios esperados para 2024.