Viendo el inicio de guerra comercial que está provocando Trump, uno se pregunta quien tiene realmente la sartén por el mango si tenemos en cuenta que China tiene el absoluto control de la producción de las tierras raras. La realidad es que EEUU y China están condenadas a entenderse y la guerra comercial desembocará en una negociación más pronto que tarde. Veamos por qué.
¿Qué son las Tierras Raras? Son 17 elementos químicos que tienen propiedades magnéticas, luminiscentes y catalíticas únicas. Pese a su nombre, no son tan escasas, pero sí están dispersas y en concentraciones muy bajas dentro de los minerales. Por ejemplo, para obtener apenas 1 kg de europio, hay que procesar unas 10 toneladas de roca.
China extrae el 60% de las tierras raras del mundo, pero lo más relevante es que refina el 90%. Esto significa que, incluso si EEUU o Australia extraen estos minerales, en la mayoría de los casos dependen de China para procesarlos.
¿La razón? El refinado de tierras raras es un proceso caro, contaminante y políticamente sensible. En China, muchas de las regiones productoras están tan degradadas por residuos tóxicos y materiales radiactivos que el gobierno ha tenido que desplazar comunidades enteras. En estas condiciones, es difícil que en Occidente se apruebe su procesamiento y, en todo caso, tardaríamos muchos años en ser autosuficientes.
La importancia de las tierras raras va más allá de la economía: es un tema de seguridad nacional. Un avión de combate F-35 necesita unos 400 kg de tierras raras, un submarino nuclear clase Virginia, 4.000 kg. Incluso un coche eléctrico promedio lleva unos 5 kg.
El Gobierno chino ya ha impuesto restricciones a la exportación de algunas tierras raras, las más escasas, provocando la alarma en industrias de defensa, automoción o tecnología. Satélites, drones, pantallas, vidrios, billetes, turbinas, catalizadores…sin estos minerales volveríamos a los años 60-70 en lo que a tecnología se refiere.
¿Qué puede hacer Occidente para dejar de ser dependiente?
– Puede extraer y refinar a un alto coste por las medidas de protección medioambiental y laboral. La compañía estadounidense MP Materials, que extrae unas 45.000 Tn de tierras raras, hasta la fecha, las vendía todas a China para ser refinadas. Ahora plantea empezar a procesar en EEUU, pero hay que ver la viabilidad económica. Otras minas en Australia también (Lynas Rare Earths, Arafura), pero sólo extraen el mineral y lo envían a China para procesar.
– Puede hacer minería urbana, o sea, recuperar estos elementos de los objetos desechados. Hay varias empresas cotizadas que se dedican a eso parcialmente: Umicore, USA Rare Earth, Energy Fuels o NioCorp.
– Puede desarrollar materiales que no requieran tierras raras y sean sustituidas por aleaciones complejas de elementos más comunes. Esta investigación está en sus inicios.
En conclusión, hoy el mundo tiene una total dependencia de China en la obtención de todas las tierras raras y EEUU no puede exponerse a una guerra comercial si quiere mantener operativas sus industrias de defensa, automóvil, tecnología, renovables y un largo etcétera.
PD: en Groenlandia hay grandes depósitos de tierras raras. Una de las principales razones del interés de Trump.